Revista de Avance, La Habana, 15 de enero de 1927.
Revista de Avance, La Habana, 15 de enero de 1927.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Hola Javier:
¡Felicidades, colega! Probablemente, el texto de Jorge Mañach ("La crisis de la ilusión" debió titularse más bien "La ilusión de la crisis") que reprodujiste en tu blog retrate mejor que ningún otro no sólo a ese volubilísimo personaje sino a toda la nefasta intelectualidad académica de la Segunda República, a cuyas moralinas martianas e insistencia en recargar las tintas sobre la polis de la época, o sea, en pedirle peras suizas al olmo criollo, sin duda debemos en buena medida el de otro modo fácilmente evitable ascenso de la dinastía rural de Birán al poder omnímodo en la Isla. De hecho, o al menos a mi modesto entender, el Dr. Mañach, ex terrorista del ABC, jugó ahí el papel de supremo iluminista errático de nuestra muy alucinada y alucinante Generación del Cincuentenario.
Aparte de sumergirme de nuevo en su vasta obra (por cierto, el choteo cubano se me antoja el correlato idóneo de aquellos cantinfleos platónicos), estoy escaneando el ensayo para dedicarle un post crítico a sus refinados sofismas escatológicos, que por desgracia siguen en pie entre el grueso determinante de nuestro ya, más que incorregible y fracasado, anacrónico y museable movimiento de los Derechos Humanos. Desde luego, sea cual sea tu opinión al respecto, lo cierto es que te debo la inspiración y así lo consignaré sin falta en El Abicú Liberal. Y conste que no lo hice en tu blog debido a que no encuentro la manera de insertar mi comentario. Por favor, no desmayes: estás rindiendo una labor inestimable, llenando un vacío abismal en la historiografía contestataria. Finalmente, si lo estimaras procedente, te agradecería que copiaras este email al pie de la entrada de marras. Un abrazo colegial desde Colonia Agripinensis.
1 comentario:
Hola Javier:
¡Felicidades, colega! Probablemente, el texto de Jorge Mañach ("La crisis de la ilusión" debió titularse más bien "La ilusión de la crisis") que reprodujiste en tu blog retrate mejor que ningún otro no sólo a ese volubilísimo personaje sino a toda la nefasta intelectualidad académica de la Segunda República, a cuyas moralinas martianas e insistencia en recargar las tintas sobre la polis de la época, o sea, en pedirle peras suizas al olmo criollo, sin duda debemos en buena medida el de otro modo fácilmente evitable ascenso de la dinastía rural de Birán al poder omnímodo en la Isla. De hecho, o al menos a mi modesto entender, el Dr. Mañach, ex terrorista del ABC, jugó ahí el papel de supremo iluminista errático de nuestra muy alucinada y alucinante Generación del Cincuentenario.
Aparte de sumergirme de nuevo en su vasta obra (por cierto, el choteo cubano se me antoja el correlato idóneo de aquellos cantinfleos platónicos), estoy escaneando el ensayo para dedicarle un post crítico a sus refinados sofismas escatológicos, que por desgracia siguen en pie entre el grueso determinante de nuestro ya, más que incorregible y fracasado, anacrónico y museable movimiento de los Derechos Humanos. Desde luego, sea cual sea tu opinión al respecto, lo cierto es que te debo la inspiración y así lo consignaré sin falta en El Abicú Liberal. Y conste que no lo hice en tu blog debido a que no encuentro la manera de insertar mi comentario. Por favor, no desmayes: estás rindiendo una labor inestimable, llenando un vacío abismal en la historiografía contestataria. Finalmente, si lo estimaras procedente, te agradecería que copiaras este email al pie de la entrada de marras. Un abrazo colegial desde Colonia Agripinensis.
Saludos a todos,
El Abicú
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